El proceso para que se desarrolle la periodontitis empieza con la gingivitis, o inflamación en el área superficial del tejido de las encías. Es decir, comienza con la acumulación excesiva de placa y sarro en la base de los dientes. Esta acumulación origina un relieve o bolsas que facilitan la acción de las bacterias, produciendo una alteración localizada que afecta, principalmente, el tejido gingival. En este contexto, resulta propicio acudir a un especialista de la salud bucal, para evitar que la afección llegue a tocar el hueso dental y debilitar el soporte de las piezas dentales.
La periodontitis es la inflamación e infección profunda en el tejido de la encía, y afecta a la estructura del aparato de inserción (hueso alveolar y ligamentos). Si no es tratada a tiempo, se convierte en un padecimiento irreversible que causa el desprendimiento de los dientes. No obstante, la primera señal de alarma son las áreas blandas, hinchadas y de color rojo púrpura. Generalmente, sensibles al tacto y que sangran con facilidad durante el cepillado o el uso del hilo dental.
Periodontitis: síntomas y tratamiento
Los principales síntomas de la periodontitis son el mal aliento, acompañado de una condición estética anómala en la encía. Es decir, se denota un aspecto brillante y rojo purpúreo, que van dando lugar a la formación de depósitos duros con tonalidades amarillezcas o marrón. Asimismo, durante la rutina de limpieza, las zonas afectadas, sangran. En este punto, la evidente acumulación de bacterias puede provocar infecciones o abscesos dentales, empeorando la situación y con ello la integridad de la cavidad bucal.
Ante estos síntomas, es imprescindible tomar medidas individuales, como mejorar la limpieza de los dientes con la técnica y los productos adecuados. Asimismo, escoger alimentos que favorecen la buena salud bucodental. Pero la visita al odontólogo es imprescindible: el especialista, al examinar la encía y los dientes, podrá diagnosticar y determinar el tratamiento a seguir. En casos avanzados, una radiografía dental dará información más detallada sobre el nivel de pérdida del hueso alveolar o de soporte.
Tratamientos para corregir el problema
Tras el diagnóstico, se realiza una limpieza dental completa para llevar a cabo el tratamiento, ya sin placa ni sarro. Cuando no hay daños significativos en el soporte de los dientes, se recomienda generalmente hacerse una limpieza dental cada 3 meses. Aunque depende del criterio del dentista, y de cómo evolucione la periodontitis.
En casos avanzados, el especialista puede llevar a cabo una cirugía para limpiar en profundidad las bolsas formadas en la encía. También puede llevarse a cabo para dar soporte a las piezas dentales más afectadas, o bien extraer aquellas que puedan empeorar el daño en otros dientes. Después de ello, es imprescindible seguir las recomendaciones del odontólogo sobre el método idóneo de cuidado dental a llevar a cabo, para evitar que reaparezca el problema.
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